Vega Baja: Seguimos por la senda de los arquitectos, que ahora esciben una carta de protesta, y Juan José Fernandez responde

El Ayuntamiento de Toledo encargó un proyecto para una senda que se desarrollaría sobre un yacimiento declarado BIC, de valor excepcional, Vega Baja. Dicha senda se plantea sin obedecer a plan alguno, sino a voleo, para demostrar que sobre Vega Baja se podía hacer algo. El sitio, que estaba, y está, sin terminar de excavar, quedó dividido en dos por el camino, en la zona que más habían avanzado los trabajos, ocultando restos, dejando dos ventanitas para ver unas cuantas piedras en línea, desvirtuando el yacimiento, e impidiendo su comprensión futura, y determinando cualquier plan futuro de puesta en valor del sitio. El proyecto, un camino, fue redactado por cinco arquitectos, y ha tenido un coste de más de 421.131,10 euros.

Todo es opinable, pero a cualquier ciudadano de a pie, probablemente, le puede parecer que para construir un camino no eran necesarios cinco arquitectos, y que su coste es muy elevado para lo que es. A nadie se le escapa que, tanto las observaciones del párrafo anterior sobre el impacto de la senda sobre el yacimiento, como la del coste y el abultado número de arquitectos del proyecto, no es ninguna ofensa a los redactores del del mismo, que han actuado en el libre mercado ofreciendo sus servicios, sino claramente a quien encarga, acepta, y ordena la ejecución del proyecto y la obra, y finalmente paga, además de a quién tiene las competencias en la tutela del patrimonio. 

Y tampoco se plantea que no haya que recuperar espacios para los vecinos, al contrario, pero en este caso es de lógica que para actuar sobre el yacimiento con actuaciones como la mencionada, primero es necesario tener claro qué se quiere hacer a corto, medio y largo plazo, es decir tener un plan, y luego, se pueden plantear cosas. Antes de hacer eso, cualquier intervención en el yacimiento, es una ocurrencia de incalculables consecuencias. 

D. Juan José Fernández escribe un artículo, crítico y jocoso, sobre la senda, contando los comentarios que realizaron varias de los asistentes en una excursión organizada a Vega Baja. En el mismo nunca se critica a los arquitectos, sólo la oportunidad del proyecto, y la incompatibilidad con el yacimiento, y se pone de relieve el hecho de que haya necesitado cinco arquitectos, cinco, y que su coste haya alcanzado más de 400.000 de dinero público, que a todos pareció, y parece, desproporcionado. 

Evidentemente, hasta el más torpe lo entiende, el responsable del desaguisado no son los arquitectos que han redactado un proyecto que les han encargado, sino la administración que lo encarga y la que lo permite.

Sin embargo, los arquitectos, se ofenden, y escriben una carta de queja a la Real Academia, y al Ateneo, acusando a Juan José Fernández, de faltar a la verdad, o de verter afirmaciones injuriosas, calumniosas, o difamaciones contra los arquitectos. Sin embargo, una lectura detenida del artículo reseñado demuestra que tales faltas a la verdad, injurias, calumnias o difamaciones no existen.

Podemos entender que los arquitectos estén orgullosos de su trabajo. Nadie critica la perfección del diseño, lo bien redactado que pueda estar el proyecto, o lo bien ejecutada que finalmente haya quedado el caminito (aunque no se pudiera terminar según lo planeado porque a mitad se cruzó el Cuartel, y hubieran flecos, como el vallado final que no habían sido tenidos en cuenta, demostrando una total improvisación del Ayuntamiento de Toledo). Sin embargo, parece que se lo han tomado como algo personal, quizá, en parte, por un poco de orgullo narcisista, o por temor a que se asocie su obra con una pifia, que volvemos a decir, en todo caso, no es suya.

¡Juzguen ustedes!


Y ahora, lean en la página de El Ateneo, la carta de protesta o acusación, que los arquitectos han dirigido a la Real Academia de la Historia, y al mismo Ateneo.

Pulsa en la imagen para acceder a la carta y la respuesta

Ademas, la participación de J.M. en apoyo de los arquitectos: "No disparen al pianista'

Y la Contestación al Sr. M de J.J. Fernández.


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