I.Sánchez
Plataforma "Toledo. Sociedad, patrimonio y cultura"
Ordenando papeles he encontrado un antiguo artículo que se refiere a la destrucción de patrimonio en nuestra ciudad, y que me ha inspirado algunas reflexiones. Aunque la sensibilidad hacia el patrimonio por parte de grandes capas de la sociedad es algo relativamente reciente, y el cuidado o respeto que se tenía hacia las ruinas antiguas, en el pasado, era relativamente poco, algunas personas, en general ilustradas, alzaban de vez en cuando la voz para denunciar desmanes promovidos o permitidos por los poderes públicos.
Os traigo aquí un artículo de Jerónimo Bécker, del año 1920, en el que hace pública la
denuncia de "la falta de apoyo por parte de las Autoridades municipales
toledanas, para poner coto a los constantes atentados que contra la Historia y
el Arte se cometen en la Imperial ciudad".
Es cierto que,
desde entonces, han cambiado mucho las cosas para mejor, pero no puede dejar de
preocuparme, que en la actualidad, en pleno siglo XXI, como ayer, sean organismos externos a la ciudad los que tengan que venir para llamarnos la atención. Así, en aquellos tiempos, la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Toledo acudía a la Real Academia de la Historia, denunciando que "lentamente, pero de un modo constante, se va haciendo perder a Toledo su
fisonomía propia; lo que era como el marco y complemento de las joyas que
encierra en su seno, y constituía para todos los amantes del arte y de la
tradición, uno de los mayores encantos de la Ciudad Imperial"·
Teniendo en mente las mejoras que en cuanto a la protección del
patrimonio histórico, han propiciado las leyes actuales, sin embargo, está claro que estas no son perfectas, y tienen resquicios por donde alguien está buscando colarse. Viendo lo que sucede en algunos casos con el patrimonio histórico, y natural, de nuestra ciudad, tengo la tentación de dar valor a aquel dicho que dice que "cualquier tiempo pasado fue
mejor", recordando, por ejemplo, cómo en el pasado se protegieron las vegas, mediante
normas legales y el planeamiento urbanístico, de forma que parece más efectiva que como se hace ahora, pues de alguna forma se preservaron bastante íntegras hasta un determinado momento. Mientras, a finales del siglo XX y principios del XXI, a pesar de la existencia de un importante aparato normativo de protección, merced a artilugios ¿legales?, se desprotegió, y se puso a disposición del ladrillo, y hoy, se encuentra en mayor riesgo que nunca.
Esa cita anterior,
sobre la pérdida de la fisonomía de la ciudad de Toledo, que se estaba
produciendo en aquellos momentos de principios del siglo XX, es decir, de su paisaje, de cómo debía de verse la ciudad,
puede reconocerse en la actualidad, lamentablemente, por ejemplo, en la pérdida de la
fisonomía, del paisaje protegido de Vega Baja, a la que poco a poco, se la han
ido dando bocados, dentelladas de urbanizaciones, colegios, consejerías, bloques de
pisos, etc, que se han comido partes de ella, debilitándola, y aún más, los que deberían haberla
protegido y protegerla, preparan la mesa de gala, con su mantel con bordados y
encajes de la Modificación Puntual 28, la vajilla de lujo del cuartel de la
Guardia Civil, mientras otros afilan los cuchillos y sacan brillo a sus
dientes, para darla la última dentellada.
La mesa está puesta. ¡Todos a comer!
¡Disfrutad del manjar!
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