Vega Baja. ¿Y hora qué?

Desde el siglo XVI, está documentada la aparición de restos arqueológicos por toda la Vega Baja. Estos hallazgos se concentraban principalmente en el entorno del circo romano, de la ermita 



del Cristo de la Vega, y de la Fábrica de Armas, aunque poco a poco fueron apareciendo por el resto del espacio. Así se sabe que había restos romanos en el solar que hoy ocupa la Caja Rural, pero los principales hallazgos empiezan a producirse en los años 90: Paseo de la Basílica, Consejería de Obras Públicas, Colegio en Carlos III, Aulario Universitario. Restos dejados por los romanos, visigodos y musulmanes aparecían por doquier. 

En el año 2000, en la Calle San Pedro el Verde, apareció lo que puede ser la basílica pretoriana visigoda, que debía estar asociada a los palacios. A pesar de todos estos hallazgos se pretendieron desarrollar varios proyectos urbanísticos, que hubieran supuesto la destrucción de las vegas: 1.300 viviendas usos terciarios y dotacionales en Vega Baja 1 ; 300 viviendas en Circo Romano, y 98 y Cristo de la Vega. Desde el minuto 1, desde cuando en el año 2001 se hicieron sondeos en toda la parcela de Vega Baja I, se sabía que los restos se extendían por toda la parcela. A pesar de eso esta información no se dio a conocer, y se vendieron las parcelas a promotores particulares. En 2003, se hicieron sondeos en el Circo Romano, donde se querían construir 300 viviendas de lujo, y también resultaron positivos. En todas y cada una de las parcelas vendidas, cada vez que se excavó aparecieron restos arqueológicos.


En 2006 el presidente Barreda paralizó el proyecto urbanístico Vega Baja, y en 2008, fue declarada la ampliación del BIC. Sin embargo, esta delimitación, ajustada milimétricamente a las líneas del proyecto urbanístico era claramente un absurdo arqueológico, como también lo era vacío, sin protección, que quedó en el antiguo camping del Circo Romano..


En el año 2008, la empresa Toletum Visigodo,  pretendió desarrollar el espacio libre que había quedado fuera de los BIC's, conocido como Vega Baja II, y más tarde renombrado como unidades de actuación 7 y 37. Esos son los terrenos en los que hoy se pretende construir el cuartel de la Guardia Civil, o donde se encuentra el macro-aparcamiento irregular. Para evitar el fracaso de Vega Baja I, se encargó la prospección con métodos geofísicos del espacio, y ante la evidencia masiva de restos, al año siguiente, se realizaron sondeos arqueológicos  de verificación, que igualmente resultaron positivos. Posteriormente todo se paralizó, y aunque no jurídicamente, la empresa Toletum Visigodo, desapareció de facto,


En el año 2017 el gobierno de Milagros Tolón,  dio un nuevo impulso al urbanismo en Vega Baja. Así desarrolló la urbanización de la UA 34, y permitió la construcción de 4 bloques de piso, de los que sólo pudieron construirse 2 por la aparición de restos arqueológicos, pero ya se había dado un nuevo bocado a Vega Baja, y al paisaje protegido.


Ese mismo año 2017 la justicia aprobó el POM 2007, que era el planeamiento urbanístico que había desprotegido toda la vega. En lugar de pararse a pensar, la administración local redactó y aprobó la Modificación Puntual 28, que de facto recupera los mismos usos y edificabilidad para Vega Baja, que ya habían quedado anulados con el POM.


A pesar de todo lo expuesto más arriba, de la denuncia por expoliación presentada por la plataforma, de los informes de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y de ICOMOS, se pretendía seguir como si nada. Las declaraciones públicas de las autoridades eran que fuera de la zona protegida no había restos arqueológicos , y/o que estos carecían de importancia, algo que ya se sabía que no era así desde las prospecciones de 2009, y por el resto de hallazgos que se fueron sucediendo desde entonces.


¿Y AHORA QUÉ ?


F.J.R. 2020: El georradar halla grandes restos que comprometen el cuartel, La Tribuna de Toledo, 30-11-2020





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