Protocolo de Actuación Arqueológica Vega Baja de Toledo, 2005

El yacimiento arqueológico de la Vega Baja de Toledo es un gigantesco puzzle. El espacio por el que se extiende, no sólo se circunscribe al ámbito que ha sido protegido como Bien de Interés Cultural, que se corresponde con el proyecto urbanístico que se denominó Vega Baja I, sino que el yacimiento arqueológico, realmente, ocupa toda la vega. La mayoría de las intervenciones arqueológicas realizadas hasta ahora se circunscriben al espacio del proyecto urbanístico, aunque existen otras actuaciones puntuales en distintos lugares de la vega. 
Vega Baja de Toledo. Trabajos en el Yacimiento 2009. Toletum Visigodo


Es un sitio complejo y extenso, que temporalmente abarca desde la prehistoria hasta la época contemporánea, aunque cuando empieza a tener cierta entidad es desde la época romana, con un importante desarrollo urbanístico en la época visigoda, principalmente, y su decadencia y abandono durante el periodo islámico.

La superposición de los diferentes momentos culturales, la reutilización de materiales, la extracción de arcillas, la realización actividades industriales,  los basureros, los expolios, la construcción de edificaciones sobre otras edificaciones o espacios anteriores,  o el uso del lugar como necrópolis, además de la realización de labores agrícolas, hace que la complejidad para comprender el sitio sea muy grande.

La dificultad para entenderlo, además, tiene que ver con la poca difusión que se ha realizado del sitio. La administración regional, que custodia los expedientes de los informes arqueológicos, nunca ha realizado actividades de difusión, ni publicado memorias o síntesis alguna sobre el lugar. Los trabajos publicados en revistas científicas son muy escasos, y no abarcan todas las intervenciones realizadas a lo largo del tiempo, o se centran en aspectos concretos y, además, una gran parte del yacimiento permanece sin excavar. Sería imprescindible, debido a la presión urbanística que continúa existiendo sobre el yacimiento, que se diera a conocer o se realizara una síntesis de los trabajos realizados hasta ahora, y se intentara conocer la realidad del espacio que ocupa el sitio, más allá de la zona declarada BIC, antes de realizar más actividades constructivas que puedan cercenar o mutilar aún más el yacimiento

Aunque los trabajos arqueológicos en el proyecto urbanístico de Vega Baja empiezan en el año 2001, no es hasta el año 2004 cuando se empiezan a realizar de forma más intensa, primero en los espacios comunes o públicos (viales y espacios verdes), y más tarde, cuando se adjudicaron las parcelas a los distintos promotores, se extendieron a estas. Como cada uno de los promotores contrató a su propio equipo de arqueólogos, la administración tutelar se encontró con que sobre un único yacimiento, había distintos equipos de arqueólogos trabajando, sin ninguna conexión entre ellos, con lo que, el resultado científico de las diferentes intervenciones podría ser difícil de casar. Para evitar esto, la Consejería de Cultura redactó un "Protocolo de actuación arqueológica en la Vega Baja de Toledo", que es el documento que os traemos hoy. Este protocolo debía ser el pegamento que uniera las diferentes intervenciones para poder realizar una interpretación conjunta de todo el espacio sin perder información. Creemos que es importante dar a conocer dicho protocolo, porque puede servir en el futuro para poder entender la metodología o interpretar mejor los informes arqueológicos de los distintos equipos que trabajaron en Vega Baja.


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