Lamentable pero esperado. El Ayuntamiento de Toledo nunca estuvo al lado de la defensa del patrimonio, ni se le espera

Nada nuevo bajo este sol de Toledo. Desde tiempos inmemoriales la administración estatal tuvo que llamar la atención al Ayuntamiento de Toledo por la destrucción del patrimonio toledano, y éste siempre hizo oídos sordos, hasta el punto de que, a pesar de la existencia de un plan urbanístico aprobado en 1962, en 1968, la Dirección General de Bellas Artes se vio obligada a tomar el control en la tramitación de proyectos de obras en las zonas de la ciudad de Toledo afectadas por la declaración de conjunto histórico-artístico, mediante la aprobación de una instrucciones específicas para nuestra ciudad. En esas instrucciones se definió por primera vez la delimitación del espacio declarado monumento histórico-artístico, incluyendo las vegas, y además, protegiéndolas expresamente. Y todo sigue casi igual. En 1986 Toledo fue inscrita en la lista del Patrimonio Mundial, con el compromiso de proteger y respetar las Vegas, y ese mismo año se aprobó el PGMOU 1986, que ratificaba ese compromiso. Sin embargo, pocos años después, todas esas obligaciones fueron olvidadas e, ignorando todos esos acuerdos, y sin informar a los organismos competentes, ni escuchar ninguna de las voces que se alzaron, incluida la del ICOMOS, el Ayuntamiento de Toledo, se cargó de un plumazo mediante la modificaciones 11 y 20, del plan urbanístico vigente, todas las protecciones, acuerdos y compromisos preexistentes, y empezó su locura de ladrillo y huida hacia adelante.

Ante las alarmantes novedades sobre Vega Baja, la reciente Modificación Puntual 28 aprobada por la administración de Milagros Tolón y ratificada por la junta de Emiliano García Page,  que ha recuperado 1.698 viviendas, y otros usos dotacionales y terciarios, sobre los BIC y zonas protegidas de Vega Baja, o el anuncio de la construcción del Cuartel de la Guardia Civil, ICOMOS emitió un informe sobre la cuestión bastante concluyente. A pesar de que se ponía de relieve un grave incumplimiento con UNESCO, el organismo asesor invitaba al diálogo entre las partes. Para eso, para que todos pudieran expresar su opinión, y dialogar, es para lo que ICOMOS había convocado una reunión de trabajo sobre el enclave patrimonial Vega Baja el día 19 de diciembre de 2019, al que invitó a participar a todos los organismos, instituciones y organizaciones que podían decir algo sobre este asunto. A pesar de que pensamos que aquí no cabe nada más que cumplir con los compromisos internacionales existentes, y que ya se está dañando al patrimonio de nuestra ciudad, y que hay que actuar inmediatamente informando a la sociedad, y denunciando lo que está sucediendo, nuestra plataforma decidió asistir a la reunión para exponer nuestras posiciones y conocer la del resto de grupos, especialmente la de las administraciones con competencias en ese asunto, como son el Estado, la Junta de Comunidades, y el Ayuntamiento de Toledo.

El Ayuntamiento, que es la administración pública que está "empeñada" en "enladrillar" y asfaltar las Vegas de nuestra ciudad, excepcionales desde el punto de vista paisajístico y arqueológico, porque milagrosamente se han mantenido en buenas condiciones hasta  nuestros días, no estuvo allí para defender ante el organismo asesor de UNESCO, el Ministerio de Cultura, Asociaciones de Vecinos, y el resto de instituciones y organizaciones defensoras o con responsabilidades en la defensa del patrimonio, su postura de "arruinarlas", ya materializada en parte mediante la aprobación de un planeamiento arrasador, y la autorización y construcción de los dos últimos bloques de pisos contraviniendo las protecciones paisajísticas existentes, sin contar con el ofrecimiento de una parcela de su propiedad para construir allí el cuartel de la Guardia Civil.

Esta actitud del Ayuntamiento de Toledo, de ignorar a ICOMOS, no es nueva. Ha ocurrido en otras ocasiones cada vez que este organismo ha intervenido informando sobre actuaciones municipales que incumplían o podían incumplir, las obligaciones adquiridas por la administración local cuando la ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986. Así sucedió por ejemplo en 2005 cuando miembros de este organismo realizaron una visita a las obras ya iniciadas en Vega Baja I, se reunieron con Molina, y realizaron su correspondiente informe en contra, claro está, del atentado que se estaba haciendo, y de lo proyectado en el futuro POM. José Manuel Molina, muy amable durante la reunión, optimista sobre que ICOMOS iba a dar el visto bueno a lo que estaba haciendo (no hay peor ciego que el que no quiere ver) que se tornó en desprecio absoluto cuando conoció lo que se informó, y sucedió también a propósito de la destrucción de tumbas del cementerio medieval sin control arqueológico durante la construcción del centro cultural Quixote CREA, por parte de una empresa pública regional, siendo alcalde entonces Emiliano García Page, que, ante lo sucedido, en lugar de asumir responsabilidades, defendió lo indefendible (tampoco quería ver la realidad), que todo se había hecho bien, y arremetió contra los arqueólogos, el ICOMOS y los ciudadanos que protestaban habitualmente los proyectos urbanísticos de la ciudad que atentaban claramente contra el patrimonio (¿los llamó grupos de presión?).

No puede entenderse que el gobierno del Ayuntamiento de Toledo, de Milagros Tolón, se empeñe, de nuevo, como lo hizo a principio de los años 2000 el de Molina, en ir en contra de todas las instituciones defensoras del patrimonio, y de gran parte de la sociedad, obcecados en construir allí donde hacen mayor daño. Sobre todo, su actitud tiene difícil explicación en estos momentos, en lo que no existe demanda de vivienda porque la población no crece, ni tampoco existe la presión económica tremenda que se produjo en el año 2006, porque alguien se empeñó en vender las parcelas de Vega Baja para construir, antes de cerciorarse de la realidad del subsuelo. Y sin embargo, después de 13 años, y el daño económico para las arcas públicas que supuso recuperar las parcelas vendidas entonces, los de ahora, al igual que los de antes, siguen empeñados en construir sobre un yacimiento arqueológico, y arriesgarse a reeditar los fracasos de antaño, y que los ciudadanos tengamos que volver a pagar lo que ya pagamos una vez por culpa de sus caprichos.

El gobierno municipal (los gobiernos municipales) deberían escuchar un poco más allá de sus entornos inmediatos y palmeros tradicionales. Como muy bien expresó el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos en la reunión; que ganaran las elecciones no significa de ninguna manera que se les diera un cheque en blanco de la ciudadanía, como manifestó el Concejal de Urbanismo a los medios de comunicación, afirmando que haber obtenido el 45 % de los votos significaba que los vecinos quieren en Vega Baja el cuartel de la Guardia Civil (https://www.latribunadetoledo.es/noticia/Z50DB7380-B2DF-9D3C-BE8964AE2504C53D/201910/Podemos-hacer-el-cuartel-donde-lo-quiere-la-Guardia-Civil). Nada más lejos de la realidad, porque según el presidente de la Federación, los vecinos no están de acuerdo con sus intenciones de construir el cuartel allí, ni de urbanizar Vega Baja.

 ¡Lamentable!

Pulsa en la imagen para acceder a la noticia en La Teibuna de Toledo

Comentarios